Llega el final del verano, los días comienzan a acortarse, la temperatura desciende y el jardín también comienza a requerir otros cuidados.
Así, tras el cierre de las piscinas de las comunidades o particulares, el césped requiere unos tratamientos específicos. El primer trabajo será cortarlo lo más bajo posible, con el objetivo de que toda la parte amarillenta de la hoja desaparezca.
Posteriormente, es conveniente sulfatar la zona con un herbicida de hoja ancha para protegerla. Si durante la inspección ocular del estado del césped se identifican gusanos o parece que podría haberlos se puede utilizar un abono especial para su eliminación.
Asimismo y para evitar que adquiera un tono amarillento o mejorar su aspecto si es que ya tiene esta tonalidad se puede utilizar un líquido específico para esta función.
Finalmente, cabe recordar, que la bajada de temperaturas también contribuyen a que las plantas bajen sus requerimientos de agua. Por ello, si durante el verano se han regado durante 20 minutos diarios por goteo o 15 minutos en aspersión, ahora esa cantidad diaria se puede reducir a 5 ó 10 minutos.