Cuando llega el momento de cerrar las piscinas, con el final del verano, la vuelta al colegio y a las rutinas diarias, el mantenimiento que es necesario realizar de las instalaciones también varía. De esta manera, si durante los meses estivales, en los que el uso de la piscina es continuo por parte de los vecinos, era conveniente el filtrado del agua una media de 12 a 14 horas diarias; ahora tras el cierre de las piscinas el filtrado desciende a una media de seis horas diarias si la piscina no se encuentra tapada y de dos a tres horas si se ha cubierto con un toldo o lona. Y es que el tapado de la piscina contribuye a evitar que el agua pueda tomar una tonalidad verde, a la vez que protege de la caida de tierra o broza.
De esta manera, si el filtrado se realiza seis horas, es aconsejable realizar tres horas por la mañana y tres horas por la tarde; mientras que si se realiza en un margen de tres horas se suele hacer en una sola vez al día.