Los suelos de madera son delicados y requieren de un mantenimiento continuo. Para ello, existen productos que pueden contribuir a mantener el brillo y buen estado, pero lo más conveniente es evitar el fregado continuo de la superficie.
En los suelos de madera, lo ideal es el uso de la mopa y en caso de suciedad, el fregado es conveniente realizarlo con un poco de agua templada y la fregona muy escurrida. Si la suciedad es persistente o la madera está estropeada conviene nutrirla con algún producto recomendado para este tipo de superficie (pH neutro, vinagre…) y seguir en relación a las cantidades, las recomendaciones de los fabricantes.
Por otra parte, si se encuentra con la desagradable imagen de un arañazo en el suelo es posible solucionarlo mediante la aplicación de cera de abejas. Asimismo, entre las recomendaciones que os hacemos, está el de utilizar fieltro o cualquier otro elemento que separe las patas de los muebles del suelo y por tanto evite que al desplazarse puedan arañar y estropear la superficie.