Los Palmitos son la variante de palmeras de mayor dureza en cuanto a su resistencia al ataque de plagas. En este sentido, suele ser complicado que el ‘picudo rojo’ ataque al Palmito; sin embargo, es común que le puedan atacar otro tipo de plagas de menor intensidad y consecuencias, como el algodoncillo o el pulgón.
Estos dos tipos de plagas se eliminan a través de una fumigación con un insecticida específico para los casos, que pueden encontrar en viveros o instalaciones especializadas. Así, se sulfatarán las plantas afectadas tres veces, con una diferencia de tiempo de quince días entre cada cura. Es importante recordar que las curas se deben realizar o bien por la mañana a primera hora o por la tarde, siempre que el sol no haya aparecido en toda su intensidad o esté cayendo.