Uno de los elementos de la piscina para su correcto funcionamiento es la arena que tiene que colocarse en el filtro para atrapar las impurezas sólidas.
Si el nivel de arena no es el correcto, el filtrado no tendrá el efecto esperado, ya que las impurezas continuarán en el agua de la piscina.
En este sentido, el nivel correcto de arena se mide en función de los tubos o colectores. De esta manera, se suele dejar unos 20 centímetros desde el borde del filtro y el resto se rellena. Así, conseguiremos que el tubo de entrada al filtro quede totalmente cubierto y con ello, que el filtrado se realice de manera correcta.
Otro aspecto importante de la arena, es el aspecto que presente, ya que si la arena está dura tampoco se realizará correctamente el filtrado del agua. En este caso, es necesario retirar toda la arena y cambiarla por nueva. Tras este proceso será conveniente realizar dos filtrados seguidos si el agua se ha puesto turbia.